2008/02/25

Declaración de Jan Carl Raspe en el proceso de Stuttgart- Stammheim, y cartas de Baader y Ensslin a sus abogados antes de ser suicidados


11 de mayo de 1976

No hablaré mucho.
Pensamos que Ulrike ha sido ejecutada.
No sabemos cómo, pero sabemos por quién y podemos mostrar como esto mismo venía siendo sabiamente calculado.
Recordaré las declaraciones de Herold: “las acciones contra la RAF deben siempre ser llevadas de manera a tratar de evitar cualquier postura simpatizante”. Y los de Buback: “la seguridad del Estado existe porque hay gente comprometida con ella. Gente como Herold y yo mismo encontramos siempre una manera”.
Ha sido una ejecución fríamente concebida, como la de Holger, como la de Siegfried Hausner. Si Ulrike hubiese decidido terminar, porque en esto veía la última posibilidad de afirmarse, de afirmar su identidad revolucionaria contra la lenta destrucción de la voluntad en la agonía del aislamiento –nos lo habría dicho- por lo menos a Andreas, teniendo en cuenta su relación.
Creo que la ejecución de Ulrike ahora –en este momento- está motivada por el punto álgido, el primer superamiento político que conoce el enfrentamiento internacional entre la guerrilla y el Estado imperialista de la República federal alemana. Las informativos ya hablan de ello, no diré nada hoy.
Este asesinato se sitúa en una línea estratégica, después de todas las tentativas del Estado desde hace seis años para llegar al punto, para exterminar físicamente y moralmente a la RAF.
Y tienen por objeto todos los grupos guerrilleros alemanes, para los que Ulrike desempeña un papel ideológico esencial.
Querría ahora decir que desde que conozco la relación entre Ulrike y Andreas –y la conozco desde hace siete años-, esta era de intensidad y ternura, de sensibilidad y rigor.
Y creo que es precisamente el carácter de esta relación el que ha permitido a Ulrike soportar los ocho meses en la sección de aislamiento.
Ha sido una relación como la que se puede desarrollar entre hermanos y hermanas, orientada por un idéntico propósito y el rol que ha tenido esta política.
Y era libre –porque la libertad no es posible más que en el combate por la liberación. No ha habido durante este tiempo ninguna ruptura en su relación. No hubiese sido posible porque se determinaba sobre la política de la RAF. Y de haber habido contradicciones muy profundas en el grupo, se definían en una praxis concreta.
En el transcurso del trabajo teórico, el único que se puede en prisión, no pueden encontrar ninguna base, debido a la situación idéntica de lucha, y teniendo en cuenta la historia del grupo. Las discusiones, las cartas y manuscritos de Ulrike hasta este viernes noche aportan la prueba que ha sido exactamente así. Expresan claramente el verdadero carácter de esta relación. Pretender ahora que hubiese habido “tensiones”, un “enfriamiento” entre Ulrike y Andreas, entre Ulrike y nosotros, es una calumnia simple y siniestra que poder utilizar a continuación en la guerra psicológica con el fin de ejecutar a Ulrike: es propio de Buback, en su más completa asquerosidad.
Todas estas tentativas hasta hoy no han llevado más que a una cosa: a una visión cada vez más clara de las fuerzas reaccionarias en Alemania federal, de su fascismo.
J-C Raspe
El 7 de octubre de 1977, Andreas Baader envió a su abogado la siguiente carta:
“Como resultado de las medidas de las últimas 6 semanas, y de algunos comentarios de los guardias, uno puede sacar la conclusión de que la Administración de la Seguridad del Estado - como un guardia que está ahora premanentemente en la séptima planta ha dicho - espera provocar uno o más suicidios aquí, o, en cualquier caso, crear su apariencia. En relación con esto, hago hincapié en lo siguiente: Ninguno de nosotros – y esto está claro a partir de las pocas palabras que hemos podido intercambiar en las últimas semanas, y a partir de años de discusión – tiene la intención de suicidarse. Si somos – como dice otro guardia – “encontrados muertos”, es que hemos sido asesinados, siguiendo el procedimiento habitual y manteniendo la tradición de las medidas políticas y legales aquí”.
Gudrun Ensslin también escribió a su abogado afirmando:
“Temo ser suicidada de las misma forma que Ulrike. Si no hay más cartas mías y me encuentran muerta, en ese caso se tratará de un asesinato”.

Extraido de http://www.germanguerilla.com/red-army-faction/1977excerpts/4.html, artículo en el que se encuentran recopiladas otras evidencias materiales de los asesinatos de Andreas Baader, Gudrun ensslin y Jean-Carl Raspe por parte del Estado Aleman.